Autor: Melero, Daniel
ISBN: 978-987-8272-21-4
Colección: Synesthesia
Edición: 2024
Tapa: Blanda
Cantidad de páginas: 208
[…] Sobre una de las paredes de Paraíso Records, veo el primer afiche de Los Violadores con su show en Le Chevalet, un restaurante de comida francesa que queda donde la calle Ecuador cambia de nombre, detrás del Hospital Alemán. Hay un cocinero y pintor francés llamado Boto 49 Jordán que, en la trasnoche de ese lugar formal y paquete, pone una luz especial, agarra un micrófono de radio antiguo y empieza a decir delirios. El lugar es pequeño y está prácticamente vacío: es el germen casi microscópico de una escena. El público del punk se divide entre los que hacen pogo y sienten la música de modo más físico y aquellos que, en la parte de atrás, se visten con pilotines largos y miran todo de una manera más intelectual o existencial. Yo nunca hago pogo. En Le Chevalet hay una batería y se forman bandas espontáneamente. Una noche, Andrés Calamaro se convierte en el baterista de un grupo comandado por el Cuino Scornik. Por ahí también anda Pipo Cipolatti. […]
$22.000,00
10% de descuento pagando con efectivo
Autor: Melero, Daniel
ISBN: 978-987-8272-21-4
Colección: Synesthesia
Edición: 2024
Tapa: Blanda
Cantidad de páginas: 208
[…] Sobre una de las paredes de Paraíso Records, veo el primer afiche de Los Violadores con su show en Le Chevalet, un restaurante de comida francesa que queda donde la calle Ecuador cambia de nombre, detrás del Hospital Alemán. Hay un cocinero y pintor francés llamado Boto 49 Jordán que, en la trasnoche de ese lugar formal y paquete, pone una luz especial, agarra un micrófono de radio antiguo y empieza a decir delirios. El lugar es pequeño y está prácticamente vacío: es el germen casi microscópico de una escena. El público del punk se divide entre los que hacen pogo y sienten la música de modo más físico y aquellos que, en la parte de atrás, se visten con pilotines largos y miran todo de una manera más intelectual o existencial. Yo nunca hago pogo. En Le Chevalet hay una batería y se forman bandas espontáneamente. Una noche, Andrés Calamaro se convierte en el baterista de un grupo comandado por el Cuino Scornik. Por ahí también anda Pipo Cipolatti. […]